La rica historia de Corea del Sur se remonta a la antigua península coreana, habitada desde tiempos prehistóricos por diferentes pueblos y reinos. Durante siglos, Corea fue unificada bajo diferentes reinos como Goguryeo, Baekje y Silla. En el siglo X, el Reino de Goryeo (de donde deriva el nombre “Corea”) consolidó el territorio. Posteriormente, en 1392, se estableció la dinastía Joseon, que duró más de 500 años. Joseon adoptó el confucianismo como base ideológica y desarrolló una rica cultura coreana. A finales del siglo XIX, Corea enfrentó la presión de potencias extranjeras como China, Japón y Rusia y en 1910, cuando Japón anexó Corea iniciando un duro período de ocupación colonial.
Tras la rendición de Japón en 1945, Corea fue liberada pero dividida en dos zonas: norte soviética y sur estadounidense. En 1948, se proclamó oficialmente la República de Corea (Corea del Sur) en Seúl. En 1950, estalló la Guerra de Corea tras la invasión norcoreana; terminó en 1953 con un armisticio. El país quedó devastado y enfrentó años de pobreza y dictaduras militares. En las décadas de 1960 y 70, bajo el liderazgo de Park Chung-hee, inició una rápida industrialización y se consolidó como una potencia exportadora en sectores como la electrónica y la automoción.
A fines de los 80, el país vivió protestas prodemocráticas y se logró una transición democrática en 1987. Corea del Sur celebró elecciones presidenciales libres y consolidó instituciones democráticas. Desde entonces, ha crecido como potencia tecnológica, económica y cultural, siendo referente en muchos aspectos sociales como la educación, en el que muestra uno de las mayores puntuación en sus sistema educativo. Tambien es conocida por fenómenos como el K-pop y el cine de autor, que ha proyectado su influencia globalmente. Aunque mantiene tensiones con Corea del Norte, ha buscado caminos de diálogo y paz. Hoy, Corea del Sur es una democracia avanzada con una de las economías más dinámicas del mundo.
